martes, 14 de febrero de 2012

Cumpleaños..

El día en que ella se hizo mayor le crecieron pestañas en los ojos.

Se hizo amiga de una sombra despeinada y las flores se marchitaron a su paso. No hubo pastel de cumpleaños, sólo un pedazo de helado y palillos como velas. Las ancianas sonrieron con lástima al verla llegar, pensaron: "Pobre, tan joven y tan arrugada".

La vida, a veces, es más dura que una pared de hormigón. Pero otras brilla durante un segundo y la música suena en un salón de baile. Es entonces cuando los zapatos de tacón tienen más de doce centímetros y los vestidos esconden lo que el corazón no puede.

Pero ella se había hecho mayor y no encontró zapatos de su número. Ni alpargatas. Ni siquiera fundas de esas que te dan en el hospital justo antes de entrar al quirófano a desprenderte de un pedazo de ti.

A veces hacerse mayor es aceptar que hay cosas que siempre formarán parte de ti. Los dolores, las arrugas de los ojos, la ropa pasada de moda, o el sexo que alguna vez disfrutaste en un cuarto de baño.

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