lunes, 22 de noviembre de 2010

Recetas de c o c i n a

Desdibujarse. Correr hacia atrás. Saborear la nada que absorbe-te. Colorear después. Apuñalarse. Una, dos, cientroveintitrés veces. Rellenar las heridas con algodón. Coserlas con hilo dental. Retirar los puntos de sutura con los dientes. Limpiarse después. Cantar bajo la ducha con vez desafinada (la voz se perdió hace tiempo). Meter los pies descalzos en agua hirviendo. Hacer siluetas con las ampollas. Vendar después. Envenenarse con ácidoacetilsalicílicoantidepresivosypastillasvariadas. Desprestigiar el estómago. Deshacer intestinos. Vomitar después.
Meter la vida y sus consecuencias en una olla de cobre. Cocer a fuego lentorápidolentorápido. Esperar a ser capaces de digerir la receta. Y vivir después.

miércoles, 27 de octubre de 2010

¡Apostatar, qué gran turrón!

Por fin lo tenía claro. Tras años y años de bendito estudio en un colegio de teresianas; tras las múltiples hostias recibidas en cuerpo y alma; tras tantas batallas perdidas contra el uniforme marrón de pata de gallo, al fin llegaba mi oportunidad. Habían pasado más de diez años desde que abandonara el colegio, y mi espíritu santo, pervertido por otros espíritus menos santos que yo, se rebelaba contra Dios y contra el mundo. Iba a verme libre de tan pesada carga y así recuperar, de paso, mi estatura original, que por otra parte, no iba mucho más allá del metro sesenta, cago en… El caso es que, con los adelantos de las nuevas tecnologías, aquellos papeles por los que suspiraban muchos como yo, estaban en mis manos. La apostasía era mía. Yo tenía el poder. Sólo faltaba imprimir y listo. Unas cuantas hojas que rellenar y adiós a Dios y a su Santa Madre. Pobre ilusa. Ser estúpido. Cándida de mí. Esto de apostatar es más difícil que solucionar el hambre en África o la pobreza mundial con la ayuda de la Iglesia. Papeles y más papeles, colas, visitas al juzgado, firmas, esperas, y como único apoyo, la firme convicción de abandonar la Iglesia y a toda su santa plebe. Total, que le vi las orejas al lobo. Así que, visto que el tiempo corre, que las hostias sólo las veo en la tele y que la pata de gallo vuelve a estar de moda, he decidido posponer tan ilustre misión y emplazarla a futuras obsesiones. Igual me lo apunto como primer propósito de año nuevo. Porque otra cosa no, pero la Navidad está a la vuelta de la esquina.

miércoles, 30 de junio de 2010

La moto..

Viajar en moto es como meterse de lleno en un torbellino.
Es dejar que te lloren los ojos, que se erice el vello de los brazos, que el aire fluya entre la ropa.
Viajar en moto con los ojos cerrados es como pertenecer a otro tiempo y otro lugar, es estar en todas partes a la vez y en ninguna.
Viajar en moto de noche es llenarte los ojos de luces que pasan a toda velocidad y sentirte parte de ellas, como una partícula minúscula que vuela más allá del tiempo y del espacio.
Y a la mierda con las huelgas de metro, y con los autobuses llenos, y con la gente que se da de hostias por nada, y con los niños estúpidos e irrespetuosos, y con las señoras gruñonas... a la mierda con todo y con todos.
Regálame un casco y llévame a tu espalda, que me apunto.

jueves, 1 de abril de 2010

Hay..

Hay cosas que todavía pinchan, hay cartones de leche caducada que nos empeñamos en beber a pesar de saber que es algo inútil, algo que nos hará vomitar y morirnos por dentro. Hay cosas que huelen a podrido, a capítulo acabado, hay cafés demasiado dulces o con aroma a chocolate blanco, hay copas vacías en bares vacíos con gente vacía. Hay reductos del alma que pintar con rotuladores negros, negro sobre negro y más negro sobre ese negro caduco. Hay la vida con sus neuras neurosis psicosis pastillas para dormir y cera en el pelo. Y esa otra vida que es la que no contamos. Hay letras que se escriben en vasos de ron y otras que mueren en el último tercio de una tarde de primavera. Hay te quiero importantes como una sombra y otros que se dicen en un apretón de piernas. Hay carcajadas, miradas adolescentes, orgasmos múltiples y corridas en tapicerías de cuero. Hay lo que olvidamos y lo que dejamos caer, hay carreteras sin salida y desvíos a nivel, hay amigos de una noche y noches llenas de amigos, hay amigos de amigos, gente que conocemos un día y nos olvida al siguiente, hay cuentas hacia atrás, hay promesas de última hora y de primera, hay buenos y malos, hay esperanzas y desengaños y visitas a la taza del váter y puñetazos en paredes y comida japonesa y paseos por calles ruidosas. Hay un transcurrir lento de todo y de nada, y hay prisas y nada que comer. Hay drogas y otoños de hojas caídas y botones sin ojal y amores que caducan y otros que no empiezan. Hay mensajes sin abrir y mensajes con mentiras.Hay libros y copas de vino y ordenadores portátiles y vidas portátiles y sentimientos portátiles que guardar en un bolsillo hasta perderlos. Y luego hay lo que somos y lo que creemos ser. Y las cosas casi nunca huelen felices.

jueves, 18 de marzo de 2010

???????

La gente deberia aprender a limpiar su propia mierda. No me gusta encontrarme los restos de los demas, me da asco. Sobre todo despues de comer.

Para algo se inventaron las escobillas de lo que despues todos llaman wc. Tan finos para una cosa y tan cerdos para otra.

(Y si no pongo tildes es porque este ordenador se niega, joder..)

domingo, 28 de febrero de 2010

Puaj..

Los sábados tienen un algo de desconcertante que no llega a gustarme. Sobre todo cuando van precedidos de viernes en los que pierdes el control y lo único que te apetece es beberte toda tu mierda a morro. Y lo haces. Lo haces con tanta ansiedad que cambias el estómago de sitio. Y pasas todo el sábado intentando encajarlo de nuevo.
Hasta hace un rato era sábado. Hasta hace un rato he estado intentando recomponerme. De la cabeza a los pies. Del cerebro a las entrañas. Ninguno de mis intentos ha dado resultado. Y el reloj ha dado paso a un domingo que imagino tan estúpido como este sábado acabado. Tan estúpido como casi todas las horas que paso intentando encontrar respuestas a preguntas que no la tienen.

Así que voy a tomarme unos cuantos días de vacaciones. Voy a dejar todo eso de lado. Todas las preguntas.

Estoy harta de tanta gilipollez y de tanto gilipollas. La primera yo.

martes, 23 de febrero de 2010

Kantor..

Hoy ha sido un día raro, como lo son esos en los que sale el sol y a los dos minutos te empapa una tormenta, y vuelve a salir el sol y sales a fumar, y antes de darte cuenta tu cigarro es infumable porque se ha empapado, y vuelve a salir el sol pero tu cigarro no lo seca ni dios... y el tiempo se convierte en una espiral de la que estás deseando salir.
Y entonces te vas a comer y la comida te sienta como un puñetazo en el estómago y tienes ganas de vomitar pero te aguantas y luego se te pasan y entonces te tomas un café (sin azúcar, por supuesto..) y otro y luego otro porque te duermes de pie y aún tienes que aguantar muchas horas metida entre esas paredes.
Y te vas a dar una vuelta y te cruzas a gente por los pasillos y casi todos te saludan, algunos te dan un beso o un abrazo o las dos cosas y te ríes y te gusta y piensas que ojalá fuera así siempre y bajas las escaleras y te vas al frío y te reciben más brazos y más sonrisas y unas cuantas cabezas que funcionan a toda máquina a pesar de todo.
Y entonces llega. La oscuridad, las velas, el pasillo, los pies que se arrastran, el ruido de cañerías, la puerta que se abre, la sala a medio hacer, el hierro, el cristal, la madera... y yo, que me dejo ir...

yo, derramada..
yo, crucificada..
yo, guerrera..
yo, canción..
yo, ahorcada..

yo, muerta.. muertos, nosotros..

y otra vez, vamos a contar mentiras, tralará, vamos a contar mentiras, tralará, vamos a contar mentiras..

VENGA, VAMOS A CONTAR MENTIRAS..

domingo, 14 de febrero de 2010

Domingo..

Café+café+café-----> nervios
!
!
!
!
!
LEXATÍN---------->sueño
[café]


película---------> me agarro a un cojín a falta de algo

[MEJOR]


Otro domingo cualquiera..

lunes, 18 de enero de 2010

Estar..

Estoy jodida pero contenta.

A estar jodida se acostumbra una. Estar jodida significa no saber qué coño hacer con tu mierda de vida, con tu mierda de letras, con los días largos y aburridos, con los agujeros negros, con la soledad, con la piel fría. Estar jodida significa pasar los días de cara a la pared, y vomitar, en sentido metafórico, al reflejo de un espejo sucio de cualquier baño, y tomar decisiones absurdas y saber que no vas a llegar a ninguna parte, así no, y rendirte por segundos y decidir que tienes que espabilar pocos segundos después y ahogar la mierda en vasos de ron y tercios de cerveza, y cultivar patatas en absurdas pantallas de ordenador y escupir el desprecio que atesoras para no ahogarte y seguir aunque sea sin ganas y a pasos de ratón.
Estar contenta significa no saber qué coño hacer con tu mierda de vida pero no dejar que importe, ser capaz de coger esa llamada de teléfono, contestar mensajes y mails al momento, andar despacio y con miedo pero sin dudas, y decirte "las cosas están bien así, atrévete", y pasar la noche en habitaciones desconocidas y dormir en Madrid en pleno enero con la ventana abierta y nada de piel fría y dejar que alguien te tome de la mano y apretarla y respirar y no dormir hasta que ese alguien te calma compartiendo tu espacio y no querer salir corriendo sino estar.

Estar.

martes, 12 de enero de 2010

Mierda..

Últimamente todo me huele a mierda.

La calle huele a mierda, la gente huele a mierda, los ricos huelen a mierda, incluso la administración de loteria que hay al lado de casa huele a mierda.

Yo huelo a mierda.

Y me hundo y me hundo y me hundo, y lo único que entiendo de todo ésto es que lo que más necesito ahora, en este preciso momento, es una patada en el culo. Para salir de mi mierda de mierda. Y tomar aire.

Pero cuidado, no me vayáis a meter el pie en el agujero, no estoy hablando de niculismo. Hoy no.

Aunque ganas me dan de volver a meterme toda esa mierda por el culo. Siempre fui muy dada a los procesos inversos.