Pues sí.
Me gusta decir estupideces, hacer estupideces y escribir estupideces.
No precisamente en este orden.
A veces digo alguna estupidez, así, sin pensarlo, y después la apunto en el cuaderno. Otras veces, escribo alguna estupidez y la pongo en práctica a la primera ocasión que se me presenta. Otras veces, hago estupideces y la gente me dice: "pero que cosa más estúpida", y yo les doy la razón, y luego la apunto en el mismo cuaderno.
En resumen. Que la estupidez forma parte de lo que soy.
Y qué?
Nadie se muere por eso. O sí?
lunes, 19 de enero de 2009
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