viernes, 13 de febrero de 2009

La soledad

A veces finjo que me importa estar sola. Y construyo imágenes que no veré nunca en una televisión de plasma de millones de pulgadas. Y dejo mi mano apretada en la tuya. Y me veo sonreír. Y siento que no me da pavor compartir el reducido espacio de mi existencia con alguien tan parecido a mí, que, a veces, parezcamos almas gemelas.

A veces construyo historias que llevan escrita una parcela de felicidad que creo me corresponde.

Otras veces me ato los zapatos con cordones de otros zapatos de talla 43, zapatos que me guían en una sala de baile.

Incluso a veces, cuando más mentirosa me siento, invento identidades paralelas que son como una sombra despeinada. Mi sombra despeinada.

Pero entonces, a punto de caer ya en el engaño de la caricia perpetua, palpo mi soledad y decido que me gusta.

1 comentario:

Fernando García-Lima dijo...

Suerte que tienes... A mí me gusta sólo a veces. Me doy un poco de miedo y todo.

Un beso